domingo, 25 de junio de 2006

Festival de Pastas en Macarroni & Grill

Tras discutir, concertasesionar* y ofrecer buenos oficios* diplomáticos —ajá—, vía correo electrónico (oh, maravillosa tecnología) y a la sazón de festejar no sólo la oportunidad de vernos, sino de hacer una pre fiesta por la graduación de la Omnisciente (la pre pre fiesta fueron los mariachis en la Septién el jueves anterior), Morgé, la doctora Cecilia y un servidor (con el apoyo en espíritu del Uli Uli y Elenes) nos reunimos en el restaurante Macaroni & Grill de Plaza Satélite.

Glosario:
Concertasesiones: término político orgullosamente mexicano. Su autoría se debe, supuestamente, a Porfirio Muñoz Ledo y hace referencia a la solución de conflictos, al reacomodo, alianzas y componendas. Su origen data de 1991, cuando el PRI, cedió la gubernatura de Guanajuato al PAN a cambio de que no gobernara la entidad Vicente Fox, sino Carlos Medina Plascencia.

Buenos oficios: es una técnica de resolución pacífica de los conflictos, a través de la cual, un tercero, utiliza su influencia moral y política para establecer el contacto para la negociación.
El lugar, un nuevo favorito del que suscribe este blog, es franquicia del restaurante del mismo nombre cuya sede está en EUA (USA, for the proper english spokens). Es un sitio muy familiar, al grado que los fines de semana a la hora de la comida es concurrido por grupos grandes, sobretodo para festejar cumpleaños.

Breviario: el brownie que dan de cortesía en los onomásticos es sencillamente sublime.

La atmósfera, cuando el sitio está lleno —he de precisar—, y a pesar de que sus techos son altos, tiende a ser ruidosa, sobretodo cuando hay niños deambulando por las mesas; sin embargo, la decoración y la iluminación son muy agradables ya que brindan la sensación de tranquilidad. Otro punto a favor, es que las cocinas e ingredientes están a la vista y los manteles, al no ser de tela, pueden convertirse en verdaderas obras de arte rupestre para entretener a la chiquillada así como para matar el tedio en lo que llegan los platillos.

Para coronar el lugar, de cuando en cuando, un "mesero" se pasea por el lugar, se sube a una silla y comienza a entonar arias o canciones napolitanas; ah, casi lo olvido, y como cosa curiosa, en los baños, en lugar de escuchar la aburrida y sosa música de supermercado, se escuchan... como lo lee usted bien: "clases de italiano". Así que, mientras se lava uno las manos, en vez de escuchar a Ray Coniff o a Richard Clayderman; aprenderá, por ejemplo a pedir... jugo de toronja: "Io voglio zummo di pomello".

Su especialidad son los platillos de la cocina italiana, pero a diferencia de otras cadenas de restaurantes como Italianni's, sus platillos no tienen la clásica presentación de cualquier programa de cocina del Discovery Travel & Living o The Food Network (esto es, porciones monstruosas sobresaturadas de ingredientes y puré de tomate enlatado), sino un desplegado sencillo, pero a la vez elegante en cada uno de los platillos que allí se elaboran.

En fin, tras agarrar cuantas crayolas y dulces de menta pudimos en el lobby, y de ubicarnos en nuestra mesa en la sección de no fumar (perdón, Morgé, mi estado de salud lo ameritaba... cof), llegó el mesero para preguntar: "¿Qué quieren tomar?" Para variar, pedí té helado, pero como estaba enfermito (Cfr. ¡Aaaah!), lo pedí "al tiempo", por cierto, esa es una frase muy mexicana.

Cecilia, con la franqueza que la caracteriza, tras ver la carta, dijo: "Yo vine a comer pasta", los demás, como buenos demócratas, secundamos la noción y aprobamos por unanimidad; y dado que la "especialidad de especialidades" del Macaroni es hacer la pasta a la medida (es decir, que el comensal, escoge los ingredientes como "se les pega la gana"), "mandamos a volar" el protocolo, obviamos las entradas, sopas, ensaladas y demás entremeses y dirigimos nuestras miradas a ordenar lo que sigue, claro, todo con molto Parmigiano:

1. El clásico spaghetti bolognesa (seleccionado por Katyana).
2. Un fetuccini con champiñones en salsa de ajo, acompañado de trozos (sendos trozos) de brócoli. (elección de Moraga).
3. Un spaghetti con corazones de alcachofas, aceitunas negras picadas, jitomate deshidratado y pechuga de pollo a la parrilla, también en salsa de ajo (escogido cuidadosamente por la doctora Porras y este Gourmetragaldabas®).
4. Y unos ravioles a los tres quesos (sin duda lo mejor de la noche, estaban fantásticos).

De la plática de sobremesa, que puedo decir... plática de periodistas. Sólo he de añadir que tras el festín, ninguno tuvo la ocurrencia de pedir un postre —sí, nostra faglia, nostra faglia—, pero sí prometimos ponernos a dieta para la graduación de la Omnisciente, y como primer paso nos dispusimos a caminar por las ya cerradas tiendas de Plaza Satélite (eran cerca de las 11 de la noche) para bajar o acomodar, aunque fuera un poco, la tan disfrutada cena.

Ciao e buono apetito.

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