lunes, 17 de diciembre de 2007
Reforma 222
Ayer conocí este complejo arquitectónico que promete a sus inquilinos [que lo podrán pagar], cuando esté terminado of course, "otro código de vida".
La frase (7): Gli faccio un'offerta che non puó rifiutare
Como buen fan de la saga de El Padrino, y como señalé en este mismo espacio; parafraseando también a Tom Hanks en el filme Tienes Un E-mail (You've got Mail), encuentro en sus frases un cúmulo de sabiduría, la respuesta a casi cualquier pregunta, etc.
El día de ayer fui a comer con mis padres a Italianni's Pizza de la Zona Rosa. He de afirmar que en este lugar --aunque sea una franquicia gabacha-- preparan el referido platillo de forma bastante decente, a saber: pasta delgada y crocante, puré de tomate en cantidades moderadas, e ingredientes en porciones justas; vaya todo lo opuesto a esas bolas de masa e ingredientes "pichicateados" [ustedes perdonarán, pero yo no puedo llamarlas pizzas] de Domino's, Hut, Papa John's... (añada aquí su franquicia favorita).
Sin temor a equivocarme, además de hacerme el día, el factor que me hizo disfrutar en mucho la comida fue la decoración en una de las paredes, con fotos de películas italianas y (añada el sonido de redoble de tambores)... una de las máximas de Don Vito Corleone:
La verdad, yo tampoco pude resistir ni la oferta culinaria, ni a tomar esta instantánea.
El día de ayer fui a comer con mis padres a Italianni's Pizza de la Zona Rosa. He de afirmar que en este lugar --aunque sea una franquicia gabacha-- preparan el referido platillo de forma bastante decente, a saber: pasta delgada y crocante, puré de tomate en cantidades moderadas, e ingredientes en porciones justas; vaya todo lo opuesto a esas bolas de masa e ingredientes "pichicateados" [ustedes perdonarán, pero yo no puedo llamarlas pizzas] de Domino's, Hut, Papa John's... (añada aquí su franquicia favorita).
Sin temor a equivocarme, además de hacerme el día, el factor que me hizo disfrutar en mucho la comida fue la decoración en una de las paredes, con fotos de películas italianas y (añada el sonido de redoble de tambores)... una de las máximas de Don Vito Corleone:
"Le hizo una oferta que no pudo resistir".
La verdad, yo tampoco pude resistir ni la oferta culinaria, ni a tomar esta instantánea.
viernes, 14 de diciembre de 2007
Arte chilango
De camino hacia una tienda departamental que se encuentra en la colonia Roma, justo detrás de la fuente de Las Cibeles, encontré esta peculiar forma de expresión sobre el camellón de la calle de Durango:
viernes, 7 de diciembre de 2007
Dry Clean Emergency
Caro Diario:
Hay veces que pienso --principalmente cuando no me queda de otra y tengo que ir a Coyoacán, o bien cuando estoy en la Universidad [especialmente en Ciudad Universitaria]-- que mi capacidad de asombro no tiene fin; y en consecuencia, ello me hace el día y empiezo a reir como bobo [mmm... raro en mi].
Sin embargo, el día de hoy me ocurrió algo que podría denominar como totalmente fuera del script. Iba yo felizmente con mi backpack a la espalda, cruzando tranquilamente el puente peatonal que está frente a Periférico y La Feria de Chapultepec. Le hice la parada el colectivo que me llevaría a satelucolandia y me alegré, en verdad me alegré... subí al transporte, saludé cortésmente al conductor y me dispuse a tomar asiento, abrí mi mochila y tomé mi comic de Green Lantern y comencé a leer.
Pasaron algunos felices momentos en los que cada vez me metía más y más en esa historia en la que Kyle Rayner se debate en cómo ser un héroe o de plano dedicarse a seguir pintando acuarelas e historietas, cuando de pronto... ¡Splat! parte de mi cabeza, mis anteojos y mi chamarra [sí, mi favorita, la Tommy roja... I know it sounded really materialist] quedaron salpicados de una sustancia caliente y viscosa.
Lo que primero que reaccionó fue mi sentido del olfato: Mmm... atole de arroz (Cf. añádase la expresión por antonomasia de Homero Simpson). Inmediatamente después entré en una especie de shock y lo primero en lo que me preocupé fue de mi historieta [pus ¿Qué esperaban?], misma a la que afortunadamente no le había ocurrido nada [Sola gratia]; fue entonces cuando a lo lejos escuché una lejana voz de mujer que decía "ay, usted disculpe, joven".
Levanté entonces la mirada todavía perpleja por lo sucedido, y juro que no me enojé, de veritas, estaba demasiado asombrado para hacerlo. Fue entonces cuando mis ojos --ya sin lentes-- borrosamente se encontraron con una señora de aproximadamente 40 años, verdaderamente afectada por la involuntaria acción --estaba abochornada y casi llorando, mientras que los demás pasajeros apenas se comenzaban a percatar de la escena--, que dicho sea de paso, fue provocada por uno de esos pero para nada numerosos baches que no hay sobre la principal vía rápida del Área Metropolitana.
Lo siguiente que recuerdo es que no paraba de disculparse y que se ofrecía a limpiar mi chamarra, me obsequió unos pañuelos desechables [kleenex, también por antonomasia, Palazuelos] para tratar de aminorar el daño y finalmente un billete, mismo que yo le rechazaba también sin cesar.
--No señora, cómo cree, no puedo aceptarlo, le decía.
--Por favor, acéptelo, me repetía ella una y otra vez.
Finalmente accedí a tomar su billete, guardé mi novela gráfica en la mochila antes de que ocurriese algo peor y me puse de pie para quitarme la ya entonces mojada chaqueta, limpié mis lentes e involuntariamente comencé a reir, al igual que la señora y dos que tres personas cercanas.
Curiosamente, el resto del trayecto, el chofer manejo de una forma bastante civilizada... surrealista, añadiría. Total, llegué a mi destino donde afortunadamente hay dos lavanderías y dejé encargada mi prenda para que le diesen el mejor trato posible.
Así que al momento en que estoy escribiendo estas líneas estoy en camisa con bastante frío en la gélida Facultad de Estudios Superiores Acatlán esperando a que den las 6 de la tarde para recoger, ahora sí --espero-- mi impecable chamarra roja.
¡Chaz! Lo que tiene que ocurrir para que "me inspire" a escribir.
Shit Happens!
Sin embargo, el día de hoy me ocurrió algo que podría denominar como totalmente fuera del script. Iba yo felizmente con mi backpack a la espalda, cruzando tranquilamente el puente peatonal que está frente a Periférico y La Feria de Chapultepec. Le hice la parada el colectivo que me llevaría a satelucolandia y me alegré, en verdad me alegré... subí al transporte, saludé cortésmente al conductor y me dispuse a tomar asiento, abrí mi mochila y tomé mi comic de Green Lantern y comencé a leer.
Pasaron algunos felices momentos en los que cada vez me metía más y más en esa historia en la que Kyle Rayner se debate en cómo ser un héroe o de plano dedicarse a seguir pintando acuarelas e historietas, cuando de pronto... ¡Splat! parte de mi cabeza, mis anteojos y mi chamarra [sí, mi favorita, la Tommy roja... I know it sounded really materialist] quedaron salpicados de una sustancia caliente y viscosa.
Lo que primero que reaccionó fue mi sentido del olfato: Mmm... atole de arroz (Cf. añádase la expresión por antonomasia de Homero Simpson). Inmediatamente después entré en una especie de shock y lo primero en lo que me preocupé fue de mi historieta [pus ¿Qué esperaban?], misma a la que afortunadamente no le había ocurrido nada [Sola gratia]; fue entonces cuando a lo lejos escuché una lejana voz de mujer que decía "ay, usted disculpe, joven".
Levanté entonces la mirada todavía perpleja por lo sucedido, y juro que no me enojé, de veritas, estaba demasiado asombrado para hacerlo. Fue entonces cuando mis ojos --ya sin lentes-- borrosamente se encontraron con una señora de aproximadamente 40 años, verdaderamente afectada por la involuntaria acción --estaba abochornada y casi llorando, mientras que los demás pasajeros apenas se comenzaban a percatar de la escena--, que dicho sea de paso, fue provocada por uno de esos pero para nada numerosos baches que no hay sobre la principal vía rápida del Área Metropolitana.
Lo siguiente que recuerdo es que no paraba de disculparse y que se ofrecía a limpiar mi chamarra, me obsequió unos pañuelos desechables [kleenex, también por antonomasia, Palazuelos] para tratar de aminorar el daño y finalmente un billete, mismo que yo le rechazaba también sin cesar.
--No señora, cómo cree, no puedo aceptarlo, le decía.
--Por favor, acéptelo, me repetía ella una y otra vez.
Finalmente accedí a tomar su billete, guardé mi novela gráfica en la mochila antes de que ocurriese algo peor y me puse de pie para quitarme la ya entonces mojada chaqueta, limpié mis lentes e involuntariamente comencé a reir, al igual que la señora y dos que tres personas cercanas.
Curiosamente, el resto del trayecto, el chofer manejo de una forma bastante civilizada... surrealista, añadiría. Total, llegué a mi destino donde afortunadamente hay dos lavanderías y dejé encargada mi prenda para que le diesen el mejor trato posible.
Así que al momento en que estoy escribiendo estas líneas estoy en camisa con bastante frío en la gélida Facultad de Estudios Superiores Acatlán esperando a que den las 6 de la tarde para recoger, ahora sí --espero-- mi impecable chamarra roja.
¡Chaz! Lo que tiene que ocurrir para que "me inspire" a escribir.
Shit Happens!
¿Justicia mexicana para los no fumadores?
En un escrito anterior comentaba acerca de que en este país, a pesar de ya existir un reglamento sobre el consumo del tabaco, la normatividad no se cumple del todo, simplemente mmm... por puro gusto.
En los últimos meses, los legisladores de todas las fuerzas políticas han recobrado la atención del electorado debido al largo debate y cabildeo que han estado sosteniendo con las empresas tabacaleras y la industria restaurantera, debido a un proyecto de la Ley General para el Control del Tabaco [la iniciativa fue presentada desde el pasado 31 de agosto], mismo que originalmente, además de prohibir se fume en todos los espacios públicos y lugares cerrados, facultaría a la Secretaría de Salud (SSA) a proponer el aumento en los impuestos a la importación y exportación de tabaco, impedir a las empresas productoras y procesadoras de tabaco el patrocinar eventos deportivos, anunciarse en medios de comunicación, obligarlas a publicar en las cajetillas un mayor espacio de leyendas de advertencias sobre riesgos a la salud, similares a los que ya aparecen en otros paises latinoamericanos.
Sin embargo, como siempre ocurre en México, algunos legisladores decidieron velar antes por sus propios intereses, por el de las empresas del ramo, y hasta por sus adicciones, antes que velar por el bienestar general de la población y por ello, esta nueva ley, que ya fue aprobada por la Cámara Baja, tiene algunas modificaciones tales como son que las imágenes de los efectos nocivos a la salud ocupen el 30 y no el 50% del espacio de la cara frontal de las cajetillas, o que en el reverso de las mismas se coloquen las leyendas de advertencia; también se libró a las empresas de informar verídicamente de los ingredientes que contienen sus productos y de prohibirles colocar expresiones tales como "light", "bajos en alquitran", entre otros, pues según los diputados con ello "protegían el secreto industrial".
También, en beneficio de los restauranteros, se determinó que la SSA de, no cinco, sino nueve meses para que los locatarios de bares y restaurantes adapten sus espacios con el fin de que tengan "áreas 100% libres de humo de tabaco", mismas que serán previamente certificadas por esa dependencia federal, además de posponer hasta ese tiempo, la creación de la "Oficina Nacional para el Control del Tabaco" y la figura de la "denuncia ciudadana" para los casos de violación a esta nueva futura ley.
Lo que me pareció el colmo de la sesión plenaria de ayer es que algunos de estos representantes populares, entre ellos el coordinador de la bancada del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Javier González Garza, Isidro Pedroza (también del PRD) y Manuel Minjares (PAN) tuvieron el cinismo de fumar dentro del Salón de Sesiones a manera de "protesta" y contraviniendo así el referido reglamento aprobado por el Legislativo en el año 2000, según el cuál, los haría acredores de un apercibimiento o hasta de una multa, de comprobárseles que han fumado en más de tres ocasiones en este edificio público, algo que no es nada difícil de comprobar.
Y por si eso fuera poco, al diputado Juan Guerra, uno de los 16 perredistas que junto con otros 16 príistas y tres panistas votaron en contra, argumentó que este nuevo dictamen no podrá ser obligatorio en todo el país, pues, a su parecer, corresponderá a los Congresos estatales decidir si aprueban esta legislación o una propia, tal y como ya hizo el Distrito Federal; así mismo, señaló que aunque la medida prohiba que se fume en todas las escuelas de educación media y superior, ello excluiría a la UNAM, por ser una institución "autónoma".
Habrá que esperar la próxima semana a que el Senado ratifique este proyecto de ley para que así, por fin, todos aquellos que NO SOMOS FUMADORES gocemos de espacios libres del dégoûtant --pardon my french-- humo del cigarro. Eso sí, no se trata de discriminar ahora a los fumadores, sino de que cada quien conviva en su espacio con la calidad de aire que desea.
Pero mucho más importante, habrá que observar que esta nueva ley sí se cumpla a cabalidad; lo que es más, estimados funcionarios de la SSA, si están buscando inspectores antitabaco, un servidor se apunta más que gustosamente.
Fuentes: La Jornada, La Crónica de Hoy, El Universal y Milenio.
sábado, 1 de diciembre de 2007
Enología para los no iniciados
Cuando el buen Morgé y un servidor decidimos hacer nuestro gran reportaje para titularnos como periodistas, nombramos uno de los apartados bajo el título Hacking for dummies, en referencia al gran cantidad impreso y en línea que existe para aprender el arte de la modificación de códigos informáticos.
De hecho, existen libros "for dummies" desde la enseñanza de idiomas, finanzas personales o temas religiosos, hasta tópicos del cuidado del hogar. El día de ayer mientras nos abastecíamos de enseres en el Sam's club, Alexei y un servidor notamos uno de estos libros, mismo que en lo personal, jamás pensé que existiera...
Insisto: mi capacidad de asombro, no tiene fin.
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