Para los que se estén preguntado si tengo alguna preferencia política. He de responder: Sí. Desde niño, he expresado muy en claro mis opiniones políticas.
Muy curiosamente, recuerdo cuando tenía tres años aproximadamente (1982), en pleno fervor electorero, mientras regresaba con mis padres en coche a la casa, -teníamos en ese entonces una Volkswagen Brasil¡a- les dije que yo iba a votar por el PAN porque hacía los panquecitos (mantecadas o como quieran llamarles). -oh, iluso. No sabía entonces de qué se trataba del Partido Acción Nacional-
-Nota mental: Mmmm... ¿De ese entonces provendrá también mi fama de gourmetragaldabas® ? -
Durante toda de mi vida pre-electoral (los mexicanos obtenemos el derecho a votar una vez cumplidos los 18 años de edad) siempre congenié, como buen hijo del viejo sistema, con las tendencias políticas de centro-izquierda (aunque mi colega y maestra de Agentes y Comportamientos Políticos, me diga hasta el cansancio que en las ciencias políticas el centro no existe -sólo se transforma, añado yo-), es decir, con el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
De hecho, conservo algunos memorables momentos como una recepción con el finado "Perro", es decir, con el ex presidente Don José López Portillo y Pacheco; el estrechar la mano de Manuel Bartlett Díaz a las 04:00 horas del 7 de julio de 1988 (para los que no lo recuerdan o no se enteraron, horas después de la "caída del sistema"); así como ver, práctimente todos los días, y saludar de cuando en cuando al que, a mi juicio, ha sido el mejor secretario de Gobernación: Don Fernando Gutiérrez Barrios.
Es más, para que les de un ataque a algunos, y otros más se hinchen de orgullo, -ajá- he aquí mi foto con el -pónganse de pie, por favor- ex presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Lic. Carlos Salinas de Gortari.
La primera vez que voté (1997), como era de esperarse, voté por el PRI, sí, en aquella histórica primera elección para elegir al jefe de Gobierno del Distrito Federal (DF). Aquella tortuosa elección que ganó el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas (del PRD) y que, de hecho, alcanzó la mayoría absoluta en la ciudad y en consecuencia, dicho partido se convirtió en la segunda fuerza política del país.
En el 2000, nuevamente voté por el PRI para la elección presidencial, aunque si bien es cierto, no lo hice muy convencido, ya que la plataforma del candidato tricolor (Francisco Labastida), se basaba en "inglés y computación en las escuelas"; en mi defensa debo arguir que mis paisanos tampoco fueron muy doctos en discernir su voto, y malgastaron el tan comentado "voto útil" eligiendo al ranchero e ignorante de Fox y su Alianza por el Cambio (PAN-PVEM).
En estas futuras elecciones, los mexicanos podrán elegir de entre cinco candidatos al que será su próximo presidente: Roberto Madrazo Pintado (PRI-PVEM), Felipe de Jesús Calderón Hinojosa (PAN), Andrés Manuel López Obrador (PRD-PT-Convergencia), Roberto Campa Cifrián (PANAL) y Patricia Mercado (PASC).
Al ser simpatizante priísta, la lógica determinaría que mi andidato natural sería Madrazo.
Permítanme expresar que NO es así; si las cosas hubiesen sido diferentes, y el candidato hubiese sido el pariente Manuel Ángel Núñez, o Enrique Jackson... estaría hasta colaborando de lleno en la campaña.
Madrazo cuando fue el presidente del PRI se "montó en su macho" (es decir, se empecinó) en ser el candidato, aún sabiendo la bajísima popularidad de la que gozaba, y que se refleja hoy en las encuestas que lo colocan en tercer lugar de la contienda.
Por otra parte, Roberto Campa, ex priísta ligado a la maestra Elba Esther Gordillo, y por ende, enemigo de Madrazo, tampoco me parece una opción real por más propuestas coherentes que presente debido a sus nexos políticos con la siniestra profesora y a que su partido -de nicho- es de reciente creación.
¿Qué tal Patricia Mercado? Lo pondré de esta forma, es una mujer que aspira al poder -lo cual considero muy positivo-, pero el que le de lo mismo conjuntar, para alzarse como la "defensora de las minorías y los oprimidos", a homosexuales con minorias étnicas y religiosas bajo una misma bandera... -¿notan el absurdo?-
Del Peje... que puedo decir... bueno, no he dicho mucho aquí, pero, y no lo digo por compararlo con Hugo Chávez -aclaro-, además de populista, incongruente, mediocre gobernante y falso representante de la izquierda mexicana, es un peligro para la estabilidad del país.
El por qué mucha gente está motivada en votar por él, lo traduzco en los siguientes puntos:
1. Voto de castigo contra Fox, y por ende, el PAN.
2. Razones puramente mercadológicas (Primero los pobres, pensiones para los ancianos, etc.).
3. Terminar de quitarle el poder al PRI usando el factor "compló" de Carlos Salinas quien presuntamente quiere "conquistar el país".
4. Pretende ser un émulo, o mejor dicho un híbrido mal hecho de Benito Juárez, Lázaro Cárdenas y Luis Echeverria. -Sip, Echeverría también, aunque usted no lo crea-
5. Al "Mesianisar" su figura, busca lograr la "unida' nacional", tomando en cuenta a los grupos evangélicos y protestantes, con quienes coquetea al decir profesar el mismo credo -de manera secreta, claro- (cuando la evangélica era su finada esposa).
6. Falta de memoria económica e histórica.
Para aquellos deseosos de conocer más acerca del candidato de la Alianza por el Bien de Todos: chequen estos videos -Ahumadas & Bejarano's oscar nominee shortfilm not included-
Ahora bien, sobre Felipe Calderón... de él sí he hablado aquí y aquí. Y he de precisar que, por razones obvias, no simpatizo con la extrema derecha.
Empero, en la tónica draconiana de "el enemigo de mi enemigo es mi amigo", al ser el único con posiblidades de arrebatarle el triunfo en las urnas a AMLO, y tras los resultados del debate efectuado ayer, quizá el panista, sea por quien finalmente decida mi sufragio efectivo.
Por lo pronto seguiré formando parte del 18% de los posibles votantes que tienen en sus manos el futuro del próximo Presidente de la República, es decir, los que aún no deciden por quién votarán o si anularán su boleta electoral al no ser convencidos por ninguna de las propuestas políticas.
Cartones de Calderón y gráficas publicados en Reforma.
Muy curiosamente, recuerdo cuando tenía tres años aproximadamente (1982), en pleno fervor electorero, mientras regresaba con mis padres en coche a la casa, -teníamos en ese entonces una Volkswagen Brasil¡a- les dije que yo iba a votar por el PAN porque hacía los panquecitos (mantecadas o como quieran llamarles). -oh, iluso. No sabía entonces de qué se trataba del Partido Acción Nacional-
-Nota mental: Mmmm... ¿De ese entonces provendrá también mi fama de gourmetragaldabas® ? -
Durante toda de mi vida pre-electoral (los mexicanos obtenemos el derecho a votar una vez cumplidos los 18 años de edad) siempre congenié, como buen hijo del viejo sistema, con las tendencias políticas de centro-izquierda (aunque mi colega y maestra de Agentes y Comportamientos Políticos, me diga hasta el cansancio que en las ciencias políticas el centro no existe -sólo se transforma, añado yo-), es decir, con el Partido Revolucionario Institucional (PRI).
De hecho, conservo algunos memorables momentos como una recepción con el finado "Perro", es decir, con el ex presidente Don José López Portillo y Pacheco; el estrechar la mano de Manuel Bartlett Díaz a las 04:00 horas del 7 de julio de 1988 (para los que no lo recuerdan o no se enteraron, horas después de la "caída del sistema"); así como ver, práctimente todos los días, y saludar de cuando en cuando al que, a mi juicio, ha sido el mejor secretario de Gobernación: Don Fernando Gutiérrez Barrios.
Es más, para que les de un ataque a algunos, y otros más se hinchen de orgullo, -ajá- he aquí mi foto con el -pónganse de pie, por favor- ex presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Lic. Carlos Salinas de Gortari.
La primera vez que voté (1997), como era de esperarse, voté por el PRI, sí, en aquella histórica primera elección para elegir al jefe de Gobierno del Distrito Federal (DF). Aquella tortuosa elección que ganó el Ing. Cuauhtémoc Cárdenas (del PRD) y que, de hecho, alcanzó la mayoría absoluta en la ciudad y en consecuencia, dicho partido se convirtió en la segunda fuerza política del país.
En el 2000, nuevamente voté por el PRI para la elección presidencial, aunque si bien es cierto, no lo hice muy convencido, ya que la plataforma del candidato tricolor (Francisco Labastida), se basaba en "inglés y computación en las escuelas"; en mi defensa debo arguir que mis paisanos tampoco fueron muy doctos en discernir su voto, y malgastaron el tan comentado "voto útil" eligiendo al ranchero e ignorante de Fox y su Alianza por el Cambio (PAN-PVEM).
En estas futuras elecciones, los mexicanos podrán elegir de entre cinco candidatos al que será su próximo presidente: Roberto Madrazo Pintado (PRI-PVEM), Felipe de Jesús Calderón Hinojosa (PAN), Andrés Manuel López Obrador (PRD-PT-Convergencia), Roberto Campa Cifrián (PANAL) y Patricia Mercado (PASC).
Al ser simpatizante priísta, la lógica determinaría que mi andidato natural sería Madrazo.
Permítanme expresar que NO es así; si las cosas hubiesen sido diferentes, y el candidato hubiese sido el pariente Manuel Ángel Núñez, o Enrique Jackson... estaría hasta colaborando de lleno en la campaña.
Madrazo cuando fue el presidente del PRI se "montó en su macho" (es decir, se empecinó) en ser el candidato, aún sabiendo la bajísima popularidad de la que gozaba, y que se refleja hoy en las encuestas que lo colocan en tercer lugar de la contienda.
Por otra parte, Roberto Campa, ex priísta ligado a la maestra Elba Esther Gordillo, y por ende, enemigo de Madrazo, tampoco me parece una opción real por más propuestas coherentes que presente debido a sus nexos políticos con la siniestra profesora y a que su partido -de nicho- es de reciente creación.
¿Qué tal Patricia Mercado? Lo pondré de esta forma, es una mujer que aspira al poder -lo cual considero muy positivo-, pero el que le de lo mismo conjuntar, para alzarse como la "defensora de las minorías y los oprimidos", a homosexuales con minorias étnicas y religiosas bajo una misma bandera... -¿notan el absurdo?-
Del Peje... que puedo decir... bueno, no he dicho mucho aquí, pero, y no lo digo por compararlo con Hugo Chávez -aclaro-, además de populista, incongruente, mediocre gobernante y falso representante de la izquierda mexicana, es un peligro para la estabilidad del país.
El por qué mucha gente está motivada en votar por él, lo traduzco en los siguientes puntos:
1. Voto de castigo contra Fox, y por ende, el PAN.
2. Razones puramente mercadológicas (Primero los pobres, pensiones para los ancianos, etc.).
3. Terminar de quitarle el poder al PRI usando el factor "compló" de Carlos Salinas quien presuntamente quiere "conquistar el país".
4. Pretende ser un émulo, o mejor dicho un híbrido mal hecho de Benito Juárez, Lázaro Cárdenas y Luis Echeverria. -Sip, Echeverría también, aunque usted no lo crea-
5. Al "Mesianisar" su figura, busca lograr la "unida' nacional", tomando en cuenta a los grupos evangélicos y protestantes, con quienes coquetea al decir profesar el mismo credo -de manera secreta, claro- (cuando la evangélica era su finada esposa).
6. Falta de memoria económica e histórica.
Para aquellos deseosos de conocer más acerca del candidato de la Alianza por el Bien de Todos: chequen estos videos -Ahumadas & Bejarano's oscar nominee shortfilm not included-
Ahora bien, sobre Felipe Calderón... de él sí he hablado aquí y aquí. Y he de precisar que, por razones obvias, no simpatizo con la extrema derecha.
Empero, en la tónica draconiana de "el enemigo de mi enemigo es mi amigo", al ser el único con posiblidades de arrebatarle el triunfo en las urnas a AMLO, y tras los resultados del debate efectuado ayer, quizá el panista, sea por quien finalmente decida mi sufragio efectivo.
Por lo pronto seguiré formando parte del 18% de los posibles votantes que tienen en sus manos el futuro del próximo Presidente de la República, es decir, los que aún no deciden por quién votarán o si anularán su boleta electoral al no ser convencidos por ninguna de las propuestas políticas.
Cartones de Calderón y gráficas publicados en Reforma.
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