miércoles, 1 de marzo de 2006

Remember the Sheraton?

(Foto del periódico Reforma) El día de ayer la heróica delegada en Cuauhtémoc, Virginia Jaramillo, decidió, finalmente -aunque la amenaza se dio desde el pasado 9 de febrero-, a poner los sellos de clausura y multar por 156 mil pesos (cerca de 14 mil dólares) al Hotel María Isabel Sheraton.

Las razones oficiales: violación de 15 normas administrativas entre las que destacan: no colocar señalamientos de salidas de emergencia, el funcionamiento de los bares sin la licencia correspondiente, no contar con menús en braille y una construcción no autorizada de 3 mil metros cuadrados.

La razón real: la expulsión del inmueble ubicado junto a la embajada de los Estados Unidos, sin indemnización, de una delegación de inversionistas cubanos el 8 de febrero pasado.

La comédie politique.
Imaginen solo la escena. Llega todo el circo mediático, desde el pasquín El Machetearte, hasta la CNN (no olvidamos a Televisa y TV Azteca, of course). Éstos, permanecen sobre Paseo de la Reforma a la espera de "la nota del día"; adentro del inmueble, los guardias de seguridad están atrincherados para evitar la invasión -¿mas si osare un extraño enemigo...de izquierda?- del recinto de capital estadounidense.

Entonces llega la todopoderosa y amante del rating, Virginia Jaramillo con sus huestes, colocan los discretos sellos de CLAUSURADO en las puertas, y con mamparas en siete idiomas -pa'que vean que tanvién pueden ser políglotaz- informan a los huéspedes del cierre del edificio por "violación a las leyes mexicanas".

Pero hoy miércoles, las mismas autoridades delegacionales decidieron que no se clausurará el Sheraton, porque decidieron que "ha corregido en 90 por ciento las supuestas irregularidades en su funcionamiento" -ajá-.

Moraleja: No hay duda que el arrepentimiento es un don divino y una virtud política a la que muy pocos se atreven ¿verdad? ¡Cuéntaselo a quien más confianza le tengas!

¿Me pregunto que es lo que opinará el tío Fidel (Castro) de todo este show? Los dejo con el cartón de Calderón, publicado en Reforma.

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