Kevin Costner es quizá uno de los actores/directores hollywoodenses que cada que aparecen en algún filme, me llama la atención ver.
Por supuesto que ha tenido desde joyas del séptimo arte como Danza con Lobos (Dances with Wolves, 1990), Campo de Sueños (The Field of Dreams, 1989) o Un Mundo Perfecto (A Perfect World, 1993); éxitos comerciales como El Guardaespaldas (The Bodyguard, 1992), o Robin Hood (Robin Hood, Prince of Thieves, 1991); largometrajes irrelevantes como JFK (1991), 13 Días (The Thirdteen Days, 2000) y Dicen por Ahí (Rumor has It, 2005); hasta sendos bodrios como Mundo Acuático (Waterworld, 1996) y El Mensajero (The Postman, 1997).
Confieso que de toda su filmografía, mis favoritos son, por razones más que obvias --para los no iniciados, léase películas relacionadas con el béisbol--, además del Campo de Sueños: La Bella y el Campeón (Bull Durham, 1988) y Por Amor al Juego (For Love of the Game, 2000); la que merece esta reseña: Guardianes de Alta Mar (The Guardian, 2006) quizá no llegue a grandes alturas, pero merece ser vista con agrado.
Sí bien es cierto que la trama de la historia llega a ser bastante predecible y en momentos parece un collage de Una Tormenta Perfecta (The Perfect Storm, 2000), con Hombres de Honor (Men of Honor, ibid), Pasión y Gloria (Top Gun, 1986) y hasta Guardianes de la Bahía (Baywatch TV series) --aunque sin Pamela Anderson o Carmen Electra--, ésta se defiende y logra animar al espectador de este letargo postveraniego plagado de remakes y secuelas.
Costner interpreta a Ben Randall, un buzo rescatista que labora en el océano más peligroso del mundo: el ártico. Tras un fallido rescate y con su matrimonio en picada, su jefe lo manda a dar clases a la academia de la Guardia Costera --cliché-- y ahí es donde conoce al novato Jake Fisher (Ashton Kutcher) un joven con excepcionales habilidades en la natación y un ego aparentemente indomable --cliché encore--.
El resto de la historia, ya podrán preveerlo; sin embargo, lo que hace rescatable a este blockbuster es que realza la labor de una de las más peligrosas profesiones del mundo: los rescatistas, el ambiente en que trabajan y los sacrificios que éstos deben hacer, cual médico, al tomar la decisión de quién vive o quién muere.
Por supuesto, como en todos los filmes de su categoría (entiéndase propositivos) la trama realza las cualidades de la gente, lo "maravilloso" de trabajar en equipo, de "buscar perdonarse uno mismo", "disfrutar la vida", etc.
Agradable fue además ver al joven Kutcher en un papel no cómico y demostrar que tiene madera de actor para papeles no sólo sentimentaloides, sino hasta serios; salvo un par de diálogos soeces dignos de cualquier filme de Tom Cruise.
Por supuesto que ha tenido desde joyas del séptimo arte como Danza con Lobos (Dances with Wolves, 1990), Campo de Sueños (The Field of Dreams, 1989) o Un Mundo Perfecto (A Perfect World, 1993); éxitos comerciales como El Guardaespaldas (The Bodyguard, 1992), o Robin Hood (Robin Hood, Prince of Thieves, 1991); largometrajes irrelevantes como JFK (1991), 13 Días (The Thirdteen Days, 2000) y Dicen por Ahí (Rumor has It, 2005); hasta sendos bodrios como Mundo Acuático (Waterworld, 1996) y El Mensajero (The Postman, 1997).
Confieso que de toda su filmografía, mis favoritos son, por razones más que obvias --para los no iniciados, léase películas relacionadas con el béisbol--, además del Campo de Sueños: La Bella y el Campeón (Bull Durham, 1988) y Por Amor al Juego (For Love of the Game, 2000); la que merece esta reseña: Guardianes de Alta Mar (The Guardian, 2006) quizá no llegue a grandes alturas, pero merece ser vista con agrado.
Sí bien es cierto que la trama de la historia llega a ser bastante predecible y en momentos parece un collage de Una Tormenta Perfecta (The Perfect Storm, 2000), con Hombres de Honor (Men of Honor, ibid), Pasión y Gloria (Top Gun, 1986) y hasta Guardianes de la Bahía (Baywatch TV series) --aunque sin Pamela Anderson o Carmen Electra--, ésta se defiende y logra animar al espectador de este letargo postveraniego plagado de remakes y secuelas.
Costner interpreta a Ben Randall, un buzo rescatista que labora en el océano más peligroso del mundo: el ártico. Tras un fallido rescate y con su matrimonio en picada, su jefe lo manda a dar clases a la academia de la Guardia Costera --cliché-- y ahí es donde conoce al novato Jake Fisher (Ashton Kutcher) un joven con excepcionales habilidades en la natación y un ego aparentemente indomable --cliché encore--.
El resto de la historia, ya podrán preveerlo; sin embargo, lo que hace rescatable a este blockbuster es que realza la labor de una de las más peligrosas profesiones del mundo: los rescatistas, el ambiente en que trabajan y los sacrificios que éstos deben hacer, cual médico, al tomar la decisión de quién vive o quién muere.
Por supuesto, como en todos los filmes de su categoría (entiéndase propositivos) la trama realza las cualidades de la gente, lo "maravilloso" de trabajar en equipo, de "buscar perdonarse uno mismo", "disfrutar la vida", etc.
Agradable fue además ver al joven Kutcher en un papel no cómico y demostrar que tiene madera de actor para papeles no sólo sentimentaloides, sino hasta serios; salvo un par de diálogos soeces dignos de cualquier filme de Tom Cruise.
Quizá estoy justificando demasiado a esta producción dirigida por Andrew Davis. Por lo que mejor les recomiendo vayan a verla y expresen su parecer.
Ficha técnica:
Guardianes de Alta Mar (The Guardian, 2006)
Dirección: Andrew Davis
Interpretación: Kevin Costner, Ashton Kutcher, Sela Ward y Clancy Brown
Duración: 136 minutos
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