jueves, 19 de octubre de 2006

¡Rayos!

Aún en nuestra sociedad postmoderna la gente sigue, por decirlo de algún modo, temiendo y teniendo sumo respeto al fenómeno natural de las tormentas eléctricas. Podría decirse que es un fenómeno heredado desde hace cientos o miles de años en casi la totalidad de las culturas.

Los griegos, tenían como su dios principal a Zeus, quien era asistido por Hefestos (Vulcano) en la fabricación de los relámpagos; los romanos retomaron la deidad y sólo le cambiaron el nombre a Júpiter; los etruscos tenían a Aplu (que posteriormente en la civilización helénica derivó en Apolo).

Otras civilizaciones como la de los incas tenían para deidificar al rayo a Catequil; los mayas a Coyopa; los aztecas a Tlalcoc (no sólo era dios de la lluvia --¡eh!--); finalmente, los eslavos, adoraban a Perún; y el resto de las civilizaciones germánicas y nórdicas a Thor (también conocido como Döner), mismo que hoy es un importante personaje de comics para la casa editorial Marvel Comics.

Si quieren conocer más acerca del rayo en las mitologías, les recomiendo visiten este sitio: "Rayos y centellas".

Siguiendo con la importancia del rayo, no hay que olvidar a uno de los héroes de la (poca) historia norteamerica: el escritor, diplomático, político y científico, Benjamin Franklin (1706-1790).

Y es que fue gracias a su descubrimiento del pararrayos, mismo que fue producto de la demostración científica de las cargas eléctricas en las nubes, lo que le hizo pasar a la postreridad como un hombre sabio, culto... en lugar de convertirse en un hito (aunque no tan comparable al Marqués de Sade) como uno de los más connotados libertinos sexuales.

Otro de los usos populares que tiene el relámpago en la cultura hispánica es su uso en frases de uso común, algunas de ellas ya muy demodé (fuera de moda) como los son: "Voy como de rayo", es decir, iré lo más rápido posible; "Rayos", que es equiparable a: diantres, maldición, demonios, etc.

Y la mejor de todas: "Que me parta un rayo". Que es utilizada en diferentes contextos. Por ejemplo, para decir: "¡No lo puedo creer, ya vas a cumplir 28 años! (Cfr. An american saying loudly: "Oh my Gosh!"). --Nótese que la oración original era: "¡Qué me parta... ¿ya 28?"--

Otro sentido que se le puede dar a esta frase es el de retar a alguien ya sea para aseverar que se dice la verdad, o inclusive, para ocultar mejor una mentira: "Te lo juro, sino, que me parta un...".

Después de todo, es más probable que una persona tenga un accidente al caer por unas escaleras que a que el fenómeno meteorológico en cuestión reaccione ex profeso en contra del convocante.

Mmm.. pero sólo en caso de que la probabilidad te vaya a ser adversa, checa cómo se vería:


Por cierto, la foto no es un montaje, es muy pero muy verídica. Lee aquí la historia y piensa bien si quieres usar como tu defensa la tan trillada frase arriba mencionada; después de todo, se calcula que la intensidad de un rayo sólo oscila entre los 3 y los 200 millones de volts a un promedio de 20 mil amperes .

Más información para entender las diferentes formas de medición eléctrica aquí.

¿Gulp?

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