lunes, 9 de octubre de 2006

¿Mozart vs el Islam?

Pero que necesidad de crear tolvaneras y terror innecesario en este mundo post 11/sept.
Primero fueron las caricaturas en diarios daneses en las que se “humillaba al islam”, luego las declaraciones de “que la religión musulmana es inhumana y malvada” ―sacadas de contexto, hay que admitir― dichas por el Papa Benedictus XVI... Ahora el escándalo mundial es por una ópera… una ópera.

Desde que redescubrí mi afición por la música clásica, y sobretodo por la ópera (tenía alrededor de 13 años), compositor favorito ha sido Wolfgang Mozart.

Algunos de mis colegas debatirán sobre si su música carece de los matices dramáticos de un Wagner, de la complejidad de un Bach o de la brillantez de un Vivaldi (debate que sosteníamos la omnisciente, el escribicionista y un servidor en aquel programa radiofónico ―Diapasón― que solíamos tener, hace ya un par de años); pero de cualquier manera para mi, las composiciones del genio de Salzbugo son simplemente sublimes.

Y es precisamente una ópera del mismo W. A. Mozart, Idomeneo rey de Creta, la que ahora está en el centro de la controversia relacionada con esta supuesta "ola antimusulmana" de la Europa occidental.

Me parece verdaderamente ridículo que las autoridades de la Berlin Deutsch Oper hayan decidido en primer lugar agendar la adaptación de Hans Neuenfels de esta obra, puesto que en el año 2003 ya había sido muy criticada debido a una innecesaria escena en la que el personaje principal, Idomeneo ―dah―, toma una espada y degolla al dios Poseidón junto con Buda, Jesucristo y Mahoma a manera de protesta contra la imposición de una religión o de un "ser supremo" hacia el hombre.
BREVIARIO: TRAMA DE IDOMENEO
En la historia original, Idomeneo se ve obligado a entregar la vida de su hijo a Poseidón debido a una promesa que le había hecho de sacrificar a la primera persona que viese, una vez que su nave llega a puerto (Creta); sin embargo, el protagonista incumple el trato y en consecuencia llegan desgracias para los cretenses. Para aplacar la ira del Dios, Idamante (el hijo de Idomeneo) decide sacrificar su vida por su propia cuenta.
En el último momento el oráculo del dios del mar interviene diciendo que la ira de su amo se ha aplacado y no tendrá que realizarse el sacrificio siempre y cuando Idomeneo abdique al trono en favor de su hijo.
Ahora bien, el que con esta adaptación de la obra de Mozart se hayan levantado rencores de la comunidad islámica (por la "simbólica decapitación"), y que en consecuencia, como asustados ratones las autoridades culturales de una de las casas operísticas más respetadas hayan decidido quitar la puesta en escena para sustituirla por La Traviata (La Descarriada) de Guiseppe Verdi, fue verdaderamente ridículo, es decir, con su "autocensura" sólo avivaron "las llamas".
Simplemente fue darles razón y autoridad a estos llamados radicales, (que no son todo el universo de los creyentes del Islam); en contraste, no sorprende que no haya habido el más mínimo rumor de protesta de monjes tibetanos, o de ultra conservadores católicos y cristianos que pidieran afuera de las embajadas alemanas un castigo ejemplar para los productores y cantantes por osar ofender sus más sagradas creencias, o ya de perdida boicotearan cuanto evento cultural teutón se presentase.

Si lo que buscaban era llenar los asientos de la sala de conciertos, no era necesario. Mozart es un imán de taquilla aún a 211 años de su muerte, y la ópera como tal es un espectáculo cultural que, al menos en el Viejo Continente, todavía goza de amplísima aceptación.

Insisto, qué necesidad de ofender las creencias particulares y de efectuar acciones, para algunos grotescas, "en nombre del arte” (no busco encontrar el hilo negro sobre lo que es y lo que no es arte). Hay otra ópera también mozartiana llamada “Die Entführung aus dem Serail” (El rapto en el Serrallo) misma que está ambientada en la Turquía otomana del siglo XVIII cuyo mensaje principal es el perdón del enemigo (el antagonista es un Pashá, musulman) y la liberación de sus cautivos occidentales para evitar caer en el círculo vicioso de la violencia por diferencias político-religiosas.

Estoy seguro que el compositor de ésta y de Idomeneo jamás habría imaginado que su excelsa música sería utilizada en este tipo de ardides.

Adaptando a título personal algunas palabras de la película Amadeus: diría que la ópera está llena de virtudes humanas, no defectos; virtudes como el amor que son plasmadas en la mejor música jamás compuesta y ofrecida a los ojos y oídos de la humanidad.

Es más, el mismo Wolfgang Mozart en la última aria de la hoy mal afamada Idomeneo declama: "Torna la pace al cuore" (Regrese la paz al corazón). Una invitación que sin duda se debería de seguir y dejar de una vez por todas este tipo de diferencias de opinión.

Salam.

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