miércoles, 7 de marzo de 2007

Me he chiveado

Chiveado [Shi'viado] no se refiere a aquel incondicional aficionado de las Chivas Rayadas del Guadalajara; ni el adjetivo calificativo que se refiere a aquel pésimo conductor automotriz y/o aquel que es poco talentoso en su hacer cotidiano; sino que se refiere a --dícese de-- aquella persona que "se chivea" (esa sería la conceptualización digna de cualquier tumbaburros).

Este peculiar verbo reflexivo (Chivearse) que NO APARECE dentro del Real Diccionario de la Lengua Española, es una de las muchas palabras con "denominación de origen" (D.O.) orgullosamente mexicana y se utiliza como sinónimo de avergonzarse, apenarse, cohibirse, achicopalarse (una más con D.O.), sonrojarse, ruborizarse, etc.

El día de hoy, por cuestiones protocolarias tuve que ir de traje oscuro a la oficina (se supone que lo debiera hacerlo todos los días, pero debido a las horas en las que laboro y por algunas de "las funciones" que realizo, el uso de este... atuendo standard resulta totalmente impráctico).

Desde mi llegada, mis compañeras (así es, salvo mi jefe y yo, el resto del personal son mujeres --muy trabajadoras, por cierto--) no cesaban de decirme lo bien que me veía, lo "hermosa" que estaba mi corbata, los zapatos boleados, el abrigo, etc. Como resultado, toda la madrugada laboré con el rostro rojo como un tomate.

Horas después, cuando llegaron los que se encargan del monitoreo de medio electrónicos (también son en su mayoría féminas), primeramente... Me desconocieron, pensaron que era alguno de esos grises guardias presidenciales que estaban vigilando metro por metro y cubículo por cubículo todas las áreas de la dependencia donde laboro; todo para que después me volvieran a decir.... "Oye... mmm... te ves muy bien...".

Nuevamente se me subieron los colores al rostro... Sólo he de decir en mi defensa que no, no fue un caso para fashion emergency, tampoco estoy negado a usar saco y corbata... pero el recibir esa clase de elogios de forma tan constante ese día fue verdaderamente abrumador, muy agradable, pero abrumador.

PD: Chucho... ¿sos profeta o qué?

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