jueves, 18 de mayo de 2006

Todo sucede en Elizabethtown (Elizabethtown)

“Como alguien dijera: hay diferencia entre un fracaso y un fiasco. Un fracaso es la ausencia de éxito; pero un fiasco es un desastre de proporciones míticas, es una leyenda que se cuenta a otros y que logra que otras personas se sientan más vivas porque no les sucedió a ellas”.

Bajo esta premisa es que inicia el filme titulado en español “Todo sucede en Elizabethtown”, e irónicamente, mientras estuvo en cartelera, corrió la suerte de la citada frase, es decir, fue un FIASCO en taquilla. Pero ahora que está en DVD, creo que debe ser visto desde otra óptica, más justa, creo yo.

He de advertir que la cinta no es la comedia romántica que dice ser —tal vez por eso su marketing nomás no pegó—; sino que se trata de un drama romántico que tiene los elementos necesarios para convertirse en un clásico del género: historia original, giros en la trama que harán reír, llorar e identificar a los personajes con más de un conocido, buena música, fotografía impecable, con la dirección y guión magistrales de Cameron Crowe.

Tan solo permítanme adelantarles, a los que no han tenido el placer de ver el largometraje, claro, que la temática es simplemente jocosa. Drew (Orlando Bloom) tuvo un día de esos que nadie quisiera recordar: lo despidieron de una forma particularmente vergonzosa, lo botó su novia, su padre falleció de un infarto y para rematarla, su plan de suicidarse, acuchillándose tras sentarse en su bicicleta de ejercicios, ha fracasado también.

En la otra “esquina” aparece Claire (Kirsten Dunst) quien es la azafata del vuelo que no sólo orientará a Drew hacia el pueblo de Kentucky que lleva el nombre de la película, sino que además es quien lleva el verdadero protagónico de la cinta.

El culebrón es también un homenaje a la forma postmoderna de ejercitar las relaciones humanas, entre ellas las amorosas —faltaba mas—, donde, desde el teléfono portátil, se intenta arreglar todos los problemas; también muestra las muy peculiares formas en que nuestros vecinos del norte organizan ahora sus “solemnes eventos” como las bodas, hoy temáticas —Las Vegas alike­―, pero además los funerales.

Sobre este último tipo en particular, charlando con Die Walküre (La Valquiria), llegamos al común acuerdo de que éstos, aunque sí bien son momentos tristes, no deben ser funestos, especialmente cuando lo más “elocuente” que se te ocurre decir como pésame es “mis condolencias a todos” (por favor, no lo intenten).

En su lugar, siguiendo el ejemplo propuesto en el filme —y que es una genial idea— se debe hacer una magna reunión familiar y de amigos como esas que se suelen tener en Navidad, año nuevo, graduación, etc., donde cada quien lleva algún platillo (de traje), con niños gritando y jugando por doquier y la casa llena a reventar (de hecho, en la cinta hay dos reuniones de ese tipo antes del verdadero funeral). Hoy serían llamados los pre funerales; o en la tradición pibicense: el pre culto de coronación.

Y finalmente, al llegar el evento principal, efectuar una noche de recuerdos y talentos con banda de rock, solo de tap, y sesión de comedia de improvisación incluidos. Eso sí, he de advertir que si entre los últimos deseos del finado se encontraban el ser cremado, escoja bien la urna en la que reposarán las cenizas, no vaya a elegir una de KISS, las Chivas del Guadalajara o de Bob Sponge. Sencillamente, “Si no fuera esto, habría sido otra cosa”.

Ficha técnica:
Elizabethtown (2005)
Dirección: Cameron Crowe
Interpretación: Orlando Bloom, Kirsten Dunst, Susan Sarandon, Alec Baldwin
Duración:123 minutos

No hay comentarios: