Ayer fue cumpleaños de la querida Walküre, por lo que antes de irme a la Universidad, decidí apresurarme y hacer una escala técnica para invitarla a desayunar.
De común acuerdo, decidimos ir al sitio al donde solíamos ir como familia los fines de semana y donde salvo algunas excepciones, pedíamos chilaquiles.
He de comentar en esta oportunidad que, cuando éramos niños, mi papá solía decirnos que cuando salíamos a comer a algún lugar, al que fuera, siempre desquitaba con creces lo que pagaba, sobretodo cuando era en buffets. Interprétese como que "siempre hemos sido de buen diente".
Una vez instalados en el restaurante, la mesera nos dijo que ahora los desayunos buffet ya incluyen uno de los partidos de la carta, por lo que un servidor, el gourmetragaldabas® favorito de todos, ni tardo ni perezoso, pidió un "ganadero a caballo", esto es un corte de arrachera (carne de res) acompañado de un huevo frito y... ¡adivinaron!: chilaquiles (Así es, reconozco mi adicción a este platillo típico).
Pero mientras éste llegaba, me dispuse a preparar un plato de Cereal a la Josef, es decir: Froot-Loops, Chococrispis, Zucaritas y All Bran con yogurth de fresa y leche. Aunque la combinación se lea y vea muy poco ortodoxa, créanme que sabe bastante bien.
La querida hermana, mientras tanto, se servía un plato de menudo (panza de res en caldillo de jitomate, platillo que en lo personal no me gusta para nada), y una vez terminado éste, siguió con ¿qué creen? ¡Chilaquiles!
Ambos, "de puro coraje", en honor de los viejos y felices tiempos, así como por nuestros padres que no pudieron estar presentes para la ocasión, nos comimos finalmente un hotcake con jalea de frambuesa y chocolate.
Por si se lo preguntaban. ¡No!, no comí nada más en todo el día --sí tengo vergüenza--... bueno, nada hasta las 9 P.M. en que fui al Macarroni & Grill para festejar el cumpleaños de Aniux y donde, para variar, degusté una pasta a la medida que consistió de corazones de alcachofa, champiñones rebanados y espinaca fresca en salsa pesto (aceite de olivo y albahaca).
Jajaja... bueno, sólo algo de vergüenza.
De común acuerdo, decidimos ir al sitio al donde solíamos ir como familia los fines de semana y donde salvo algunas excepciones, pedíamos chilaquiles.
He de comentar en esta oportunidad que, cuando éramos niños, mi papá solía decirnos que cuando salíamos a comer a algún lugar, al que fuera, siempre desquitaba con creces lo que pagaba, sobretodo cuando era en buffets. Interprétese como que "siempre hemos sido de buen diente".
Una vez instalados en el restaurante, la mesera nos dijo que ahora los desayunos buffet ya incluyen uno de los partidos de la carta, por lo que un servidor, el gourmetragaldabas® favorito de todos, ni tardo ni perezoso, pidió un "ganadero a caballo", esto es un corte de arrachera (carne de res) acompañado de un huevo frito y... ¡adivinaron!: chilaquiles (Así es, reconozco mi adicción a este platillo típico).
Pero mientras éste llegaba, me dispuse a preparar un plato de Cereal a la Josef, es decir: Froot-Loops, Chococrispis, Zucaritas y All Bran con yogurth de fresa y leche. Aunque la combinación se lea y vea muy poco ortodoxa, créanme que sabe bastante bien.
La querida hermana, mientras tanto, se servía un plato de menudo (panza de res en caldillo de jitomate, platillo que en lo personal no me gusta para nada), y una vez terminado éste, siguió con ¿qué creen? ¡Chilaquiles!
Ambos, "de puro coraje", en honor de los viejos y felices tiempos, así como por nuestros padres que no pudieron estar presentes para la ocasión, nos comimos finalmente un hotcake con jalea de frambuesa y chocolate.
Por si se lo preguntaban. ¡No!, no comí nada más en todo el día --sí tengo vergüenza--... bueno, nada hasta las 9 P.M. en que fui al Macarroni & Grill para festejar el cumpleaños de Aniux y donde, para variar, degusté una pasta a la medida que consistió de corazones de alcachofa, champiñones rebanados y espinaca fresca en salsa pesto (aceite de olivo y albahaca).
Jajaja... bueno, sólo algo de vergüenza.
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