Cuando iba en tercero de primaria, en el David Livingstone, tuve una maestra de inglés norteamericana que se llamaba Olga. Y recuerdo que en su muy peculiar forma de hablar español, nos platicó, grosso modo, lo que es el Día de Acción de Gracias, mismo que consideraba, junto con el resto de sus compatriotas, como la segunda festividad más importante, sólo después del 4th of July, es decir, el Día de la Independencia.
Diez años después, cuando estuve de voluntario en el orfanato Hogar Dulce Hogar, tuve el privilegio de ir a la celebración que se conmemora, anualmente of course, en el Colegio Americano; evento que es inaugurado por el H. Embajador de los Estados Unidos en México y organizado tanto por la institución como por el patronato de mujeres de esa representación diplomática.
De aquella oportunidad, además de venir a mi mente todo el pavo en salsa de arándano (turkey in cranberrie sauce) que comí junto con elotes (sweet corns) y el tradicional pastel de calabaza (pumpkin pie), quisiera resaltar el contexto de esa fiesta.
Según la "tradición"norteamericana, se dice que un grupo de ingleses que habían sido expulsados de su país y de los Países Bajos (Holanda) por sus creencias religiosas (principalmente eran puritanos, aunque algunos sostienen que había también entre ellos anabautistas), llegaron al continente en el barco Mayflower a lo que hoy es el estado de Massachusetts.
Estos peregrinos establecieron una colonia, pero debido a su desconocimiento del lugar sumado a factores climatológicos, al año siguiente la mitad de la población pereció de enfermedades respiratorias (escorbuto) o de hambre, por lo que la leyenda cuenta que los nativos, los Wampanoags, les ofrecieron ayuda y alimentos.
En gratitud, los europeos, al año siguiente, decidieron compartir el producto de sus primeras cosechas con ellos y un par de años después proclamaron un "día de acció de gracias al Señor" para recocijarse por haber recogido el fruto de su trabajo; sin embargo no fue sino hasta 1863 cuando el entonces presidente Abraham Lincoln elevó la conmemoración a Fiesta Nacional a celebrarse cada cuarto jueves de noviembre.
Lo más importante de esta celebración, al menos ORIGINALMENTE, no sólo es recordar ese evento histórico per se, sino el trasfondo de éste, ya que la Acción de Gracias, en su contexto original, es y sólo es dedicado para Dios, por su providencia.
Desafortunadamente el motivo del feriado se ha venido desviando de su origen y hoy es, extraoficialmente, el día del pavo, es también el día en que inicia la temporada de compras navideñas y por ende el crecimiento en el consumo, la época con mayor cantidad de vuelos comerciales en EU, y es el día en que se juegan y transmiten por TV de dos a tres partidos de football de la NFL (siempre de los Dallas Cowboys, los Kansas City Chiefs, y los Denver Broncos).
Como mexicano, en mi familia no hacemos "una reunión especial" en este día; sin embargo, como cristianos sí damos gracias a Dios por todos sus favores, no únicamente el último jueves de noviembre, sino siempre. De hecho, en la iglesia en la que asisten mis padres, cuando tienen convivios, antes de orar, aún suelen cantar aquel canto que va acompañado de la música del villancico Venid fieles todos (O' come all ye faithfull) que dice:
"Por estos favores que Tú nos has dado,
te damos las gracias, oh buen Padre Dios.
De tu buena mano nos das el alimento.
De Ti es nuestra vida, de Ti también salud,
a Ti te alabamos, oh todos, amén".
Quisiera concluir retomando las palabras que me envió un amigo: "bueno sería que en cada país, cada ciudadano hiciera un alto en su agitada vida y reflexionara en las bendiciones que vienen de lo alto, de Dios todopoderoso que está presente, que no está callado", y que NADA escapa de su mano.
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