Y he de decir (en mi defensa) que esta pelicula la vi... por decirlo de alguna forma, contra mi voluntad. Lo que es más, no tenía si quiera pensado el entrar al cine el pasado lunes. Pero cuando se sale en grupo, es como ir a la guerra, a veces se pierde y a veces se gana.
En esta ocasión varios de mis hijos espirituales y sus amistades, como al parecer ya se conocían todas las películas del Cinepolis de Plaza Satélite y según "para echar relajo", decidieron escoger que viéramos dicho filme.
En esta ocasión varios de mis hijos espirituales y sus amistades, como al parecer ya se conocían todas las películas del Cinepolis de Plaza Satélite y según "para echar relajo", decidieron escoger que viéramos dicho filme.
Por supuesto que los adultos responsables (Rich, Betza y un servidor), por no decir "los niñeros", no nos agradó para nada la idea, pero dada una suma de factores, decidimos entrar a ver este bodrio que sin duda debiera haber pasado directo a los videohomes en vez de a las salas cinematográficas.
Sin duda que al guionista y director de este churro, un tal William Brent Bell, le debió parecer una genial y original idea hacer una película de suspenso-terror basada en un videojuego, sí otra más para el nuevo género cinematográfico. El problema es que el culebrón es todo menos un filme que haga, siquiera, brincar al incauto espectador.
Déjenme resumirla, con las debidas disculpas para aquellos a los que no les gusta les cuenten la trama, porque créanme, no se perderán de NADA, pueden sobrevivir si evitan verla:
Sin duda que al guionista y director de este churro, un tal William Brent Bell, le debió parecer una genial y original idea hacer una película de suspenso-terror basada en un videojuego, sí otra más para el nuevo género cinematográfico. El problema es que el culebrón es todo menos un filme que haga, siquiera, brincar al incauto espectador.
Déjenme resumirla, con las debidas disculpas para aquellos a los que no les gusta les cuenten la trama, porque créanme, no se perderán de NADA, pueden sobrevivir si evitan verla:
Un grupo de jóvenes, tras la misteriosa muerte de un amigo, juega un videogame llamado "Stay Alive", al cual, para hacerlo funcionar, cada jugador tiene que hacer un juramento de vida, y si su personaje muere en el juego, el jugador muere en la vida real (¿así o más profundo?).
Los protagonistas tardan media película en darse cuenta de la amenaza que los rodea, y cuando por fin avisan a las autoridades, éstas no les creen, por lo que ellos solos tendrán que combatir la maldición y a la asesina cuyo nombre es “la Condesa de Sangre, Elizabeth Bathory” (sic) y a su séquito de niños zombies, empleando sus encantos, arrojando rosas y aplicando la basta capacidad de su IQ en su habilidad para los videojuegos.
Los protagonistas tardan media película en darse cuenta de la amenaza que los rodea, y cuando por fin avisan a las autoridades, éstas no les creen, por lo que ellos solos tendrán que combatir la maldición y a la asesina cuyo nombre es “la Condesa de Sangre, Elizabeth Bathory” (sic) y a su séquito de niños zombies, empleando sus encantos, arrojando rosas y aplicando la basta capacidad de su IQ en su habilidad para los videojuegos.
¿Por qué llegó a los cines algo como esto? Mi teoría es que los personajes, actores de TV series de moda como Frankie Muniz (Malcolm in the Middle), Milo Ventimiglia, (Gilmore Girls), Sophia Bush (One Three Hill) y Samaire Armstrong (The O.C.), eran un imán $$$ que no se podía rechazar de entrada. Tan es así que en EUA (USA), durante su fin de semana de estreno obtuvo un buen éxito, mismo que se esfumó para la segunda semana, y por ende, desapareció de la taquilla.
Destrozando un poco más, el filme, éste está plagado de clichés: "hay que matar a la condesa enterrándole estacas de plata", se muere el nerd, la darketa, y el detective que está a punto de encontrar la verdad, el héroe tiene pirofobia (temor al fuego) y, que creen... al final la casa donde se encuentran... no lo van a creer: se incendia, y claro, él se paraliza de terror para después hallar su camino a la gallardía.
Hay también huecos enormes en el guión. Como el que nunca se explica como la condesa (del videojuego) salió a esta realidad; o como que el personaje que interpreta Muniz, dado que a los productores no les pareció sólo matarlo (recuerden que es el "actor más importante"), decidieron que al final él fuese el responsable de salvar el día.
Lo único entretenido fue estar arrojando palomitas. ¡Sí!, ¡yo fui! ¿y qué?
Como diría Jay Sherman, personaje del cartoon The Critic: It stinks!!!
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